Mirando hacia atrás / Looking back
Ahora, de vuelta en Kamala, el hostal donde voy a trabajar las próximas semanas, y después de haber dedicado 5 días a descansar, reflexionar, mirar hacia atrás y analizar lo vivido, es cuando me doy cuenta de cuánto he crecido como persona.
Es curioso lo rápido que pasa el tiempo y a veces ni nos inmutamos de todo lo que avanzamos, vemos, crecemos, cambiamos, mejoramos, maduramos.
Hace casi seis meses que decidí coger un avión con destino Quito. Esa Rocío tenía mil ideas de lo que sería su viaje, de lo que vería, de lo que iba a experimentar. Pero, puedo decir, que todo lo que he vivido, apenas entraba en un rinconcito de mi imaginación. Ha superado todas mis expectativas.
Es curioso mirar hacia atrás y repasar uno a uno cada uno de tus pasos. Dicen que nunca hay que mirar atrás, pero... ¿por qué no? Gracias a mirar atrás he podido ver qué errores he cometido. He podido encontrar la respuesta a miedos, inseguridades y debilidades. He podido convertirme en una versión mejorada de mí que nunca deja de crecer, de ser lo suficientemente humilde para saber que siempre hay cosas que aprender de todo y de todos. Y gracias a mirar atrás, he podido valorar lo que tengo hoy.
Mirar atrás e intentar ser mi mejor versión de mí ha propiciado que hoy pueda trabajar administrando el hostal donde hace 4 meses llegué con ilusión, desconocimiento, quizá algo de ingenuidad, pero mucha mucha energía. Hoy escribo esto sentada desde el despacho que un día me vio llegar inocentemente sin saber todo lo que le esperaba en este lugar. Sin saber que conocería personas que me acompañarían miles de kilómetros más allá, sin saber que cada rincón de este lugar marcaría mi corazón a fuego, como ningún otro lugar lo había hecho antes. Sin saber que este lugar me haría perder el miedo a ser quién soy, y me daría la libertad de saber que cuando repartes amor, solo puedes recibir más amor.
Hoy, la Rocío sentada en este despacho, mira hacia atrás y ve a la Rocío sentada en el avión, y le sonríe. Le estoy agradecida por cada una de las decisiones que tomó, por cada uno de los errores que cometió y por cada una de las decepciones que superó. Todo ello me han llevado hasta aquí, hasta donde estoy a día de hoy.
Y sí, hay que mirar atrás para agradecer donde has llegado, para identificar tus errores y procurar no volver a cometerlos, para vivir una vida más sincera y honesta con tus valores y principios. Para vivir una vida plena y feliz.
0 comments